Alguna vez quisieron hacer algo con todas las ganas pero no se animaron porque se preguntaron ¿Quién soy yo para hacer eso? Esa creencia limitante es el síntoma del síndrome del impostor y muchas personas lo tenemos. Yo lo tengo. Porque ¿quién soy para escribir este blog?

Hacía años ya venía con la idea de tener un blog para escribir sobre los temas que me gustan. ¿Por qué? Porque sentía que lo quería hacer, estaba muy dentro de mí, lo podía visualizar. Porque podía presentir el placer de tener un espacio mío en el que pudiera expresarme libremente y hablar de los temas que me gustan como los jardines, los viajes, el baile, el diseño, mi manera de sentir, etc y conectar con otras personas.
...el placer de tener un espacio mío en el que pudiera expresarme libremente...
De todas maneras, además del famoso “No tengo tiempo, el trabajo me consume” me preguntaba qué tema iba a elegir como si tuviera que ceñirme solo a uno. Además ¿no sería un poco atrevido ponerme a hablar de algún tema que conozco bien pero tampoco soy una experta? Esas creencias limitantes me detenían.
...Esas creencias limitantes me detenían...
Las vueltas de la vida.
Sí las vueltas de la vida y eso de que nada es casualidad sino causalidad hicieron que ese trabajo que me consumía y no me dejaba tiempo para hacer otras cosas que quería, me dejara a mí. Así 18 años de entrega laboral total se esfumaron de un soplido por recortes financieros de la empresa. Fue esa misma situación la que me dejó con el tiempo a mi favor para finalmente y de una iniciar este blog!
...el tiempo a mi favor...
Apenas unas semanas antes de ese inesperado giro yo había registrado mi nombre en un dominio web y estaba feliz ya con tan solo eso porque como dice un proverbio “empezar es el 50 % de todo”. Por lo tanto con mi dominio registrado ya había llegado más lejos que nunca antes en este sueño.
Claro que esta acción no vino sola sino porque estaba tomando un curso de marca personal y mi profesora Raquel entre tantas cosas un día nos habló sobre tener un sitio web o un blog, de conectar con las personas, de mostrarnos tal como somos a los demás confiando en que tenemos algo valioso para compartir y que a los demás, no a todos sino a aquellos con quienes queremos conectar, les habría de interesar mucho. Además nos llevó a reflexionar sobre nuestras posibles creencias limitantes y a deshacernos del síndrome del impostor. Raquel hasta nos recomendó algunos proveedores en los que podíamos registrar nuestro dominio.
Esa clase fue todo un disparador para mí, fue mi momento ¡Bingo! Dio en el centro de mis inquietudes. Dado que yo siempre había querido tener mi blog y para ese entonces todo tenía más sentido, yo venía preparándome para un cambio de reconversión laboral retomando mi carrera después de muchos años y quería empezar a crear y a expresarme por mi cuenta. Ese curso me dió el impulso y un punto de partida. Esa misma semana registré mi dominio lauradiyorio.com
...un disparador...el impulso...
Ya estaba decidida a hacerlo, contenta, entusiasmada, viendo que era posible. De pronto, me dí cuenta que no tenía porqué elegir un solo tema para hablar o buscar cómo combinarlos porque en realidad podía empezar a contar historias de mi vida y ahí naturalmente los temas iban a aparecer solitos. De repente también me dí cuenta que hacía años yo notaba que a la gente le gustaba mucho escuchar mis historias y a mi contarlas, entonces, ¿por qué no escribirlas? De golpe todo pareció ser mucho más simple, sin tantos cuestionamientos y estaba lista para hacerlo.
...sin tantos cuestionamientos y estaba lista...
En un año que ya había arrancado con mucho dolor para mí y atravesando muchos duelos, yo seguía sacando fuerzas de dónde podía para salir adelante, tomaba varios cursos de actualización de mi carrera para lograr el cambio laboral que quería y me había concentrado mucho en los estudios y como siempre en mi trabajo. Mi proyecto del blog ya me generaba ilusión.
Luego todo fue muy rápido. Solo pasaron unas 2 o 3 semanas y llegó la noticia de la desvinculación laboral, el último gran golpe, y debo decir que la empresa tuvo un manejo nada humano de la situación.
... el último gran golpe...
Mi primera reacción fue que todo iba a estar bien, que siempre todo es para mejor, etc pero al otro día empecé a hacer fiebre y a sentir todo el dolor. Empezaba el invierno y fue muy triste. Me habían pasado muchas cosas y muy duras en lo familiar, personal y en lo laboral. La incertidumbre era alta y mi auto estima estaba muy baja, en el quinto infierno y pisoteada.
...mi auto estima estaba en el quinto infierno...
Sin embargo, y no me pregunten cómo porque ni yo sé pero yo soy así, mientras lloraba hundida en el dolor igualmente enseguida empecé a crear y a disfrutar mi blog.
...igualmente enseguida empecé a crear y a disfrutar mi blog...
Escribir mis historias, diseñar el sitio, darle forma y un sentido a todo, elegir las fotos, fluir con cuándo y qué quería contar, decirlo a mi manera, con mi modo de ver y de sentir las cosas fue algo realmente mío y lo más placentero. Mi mayor satisfacción y realización en un momento casi de destrucción, repito, mi mayor realización.
...Mi mayor satisfacción y realización...
A veces todavía me da vergüenza exponerme y también me cuestiono sobre escribir este blog ¿Cómo voy a escribir si no me perfecciono primero? Capaz que no le interesa a nadie. ¿Me ánimo a mostrar tales fotos? ¿Cómo voy a hablar de tal tema si por más que me importa no sé tanto?
Ni que hablar de que este es un proyecto en solitario así que yo solita me tengo que dar para adelante y decirle a mis creencias limitantes que se callen.
Me he hecho consciente de que debo valorarme mucho más y confiar en mí y en que voy a lograr los resultados mirando mucho más lo que tengo a favor que lo que quizás me pueda faltar para lograr mis metas.
Por suerte mi profesora Raquel me dejó otra idea más que me ayuda mucho en este camino de realizaciones: “Mejor hecho que perfecto”.
... “Mejor hecho que perfecto”...
Es que "No se equivoca el que no hace", dice otro proverbio chino. Hace no mucho entendí que tengo permitido equivocarme, que el error es parte de hacer las cosas, de intentarlo y que hasta del error se aprende y que lo perfecto no es tan perfecto si por buscar la perfección, dejamos de intentarlo.
...entendí que tengo permitido equivocarme...
Lo importante es darme el lugar que quiero ocupar, ser fiel a mi misma y para eso atravesar la difícil tarea de salir de lo seguro, animarme a lo nuevo y confiar mucho en que lo voy a lograr, como muchas veces me dijo mi querida Inés en esté último año. Tal como cuando yo daba clases en cursos difíciles y para alentar a mis alumnos les decía que confiaran en el proceso, ahora me lo digo a mi misma y confío en que este blog me está llevando a un lugar más feliz.

...confío en que este blog me está llevando a un lugar más feliz...
Entonces, ¿Quién soy yo para escribir este blog?
¡Soy Laura Di Yorio, mucho gusto! Y tengo mis ganas, mi placer y todo mi corazón dispuesto para compartir con ustedes mis historias y un mensaje de un mundo con más amor.
Acá soy 1000% yo.
Cuando se toca fondo,solo hay un camino..buscar y llegar a la superficie. TMB lo viví y más de una vez. Tenés todo lo que se necesita,para lograr tus metas. Te lo aseguro. Abrazo muy apretado. Gmq