Marcos: Té a la rusa y fotos sexies

Yo No Soy Esa Mujer_Paulina Rubio

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Para quien crea que un té y unas fotos sexies no tienen nada que ver, acá va la historia.

Primera foto que me tomó Marcos, la cara de la inocencia.

Erase una vez una niña a la que su mamá siempre le ofrecía un té y le preguntaba: ¿Té a la rusa, cierto? Queriendo decir té con un poquito de leche.

Esa niña era yo, me encantaba el té con leche y me encantaba como sonaba mi mamá al ofrecérmelo.. Me decía "Laurita" y me miraba atentamente. Yo la sentía tierna y cariñosa como pocas veces ella se permitía ser. Era algo especial para mí y sabiendo que mi mamá, según sus palabras, odiaba cocinar y estar en la cocina, ese, era un acto de amor.

Resultó que yo crecí y llegué a mis veintes ... y a mis treintas y a mis... bueno, pensando que un té con leche era lo más común, porque ¿Quién no toma té con leche? ¿Cierto? ¿No lo toman todos?

... ¿Quién no toma té con leche? ¿No lo toman todos? ...

Un día a mis 19 o 20 años avanzando en mis estudios de dibujo publicitario muy casualmente conocí a Marcos. Marcos estudiaba lo mismo que yo pero estaba en un año anterior del curso y hete aquí que en su grupo estaba María Noel, una de mis compañeras de la carrera de comunicación social. Ella nos presentó.

A la hora del recreo algunas veces, sobre todo si llovía, coincidíamos en la cantina algunas personas de distintas clases y así fue que alguna vez terminamos varios sentados y charlando mientras duraba un té o un café. Yo a Marcos siempre lo veía sonreír mucho. Su amigo además sonreía cuando Marcos lo hacía. En fin, para mi eran todos muy amigables.

... a Marcos siempre lo veía sonreír mucho.., para mi eran todos muy amigables ...

Luego pasaron justo 20 años en que no nos vimos.

Una noche yo iba en bus volviendo del trabajo y recibí una llamada. Se presentó, al principió no recordé nada pero a medida que fue hablando recordé todo! No lo podía creer, era Marcos, el chico sonriente!

Me contó que era fotógrafo, que me había visto en Facebook y que había visto algo en mí que le había gustado para hacer algunas buenas fotos y practicar con unos equipos nuevos que tenía para trabajar luces y sombras. Qué sorpresa... todavía no me lo creía pero la charla avanzó un poco más y me comentó algunas cosas puntuales que recordaba de mí. Se acordaba perfectamente de mi té a la rusa!

... Me contó que era fotógrafo, se acordaba perfectamente de mi té a la rusa! ...

Días después me confesó que cuando yo lo veía sonreír tanto era porque a él y a su amigo les daba mucha risa que yo tomara el té así: con leche! Y que se llamara a la rusa! Para ellos era tan raro y curioso que no podían evitar tentarse pero se contenían para ser educados y por eso yo los veía sonreír. Según lo que me dijo, incluso más de una vez me hicieron hablar del té a próposito porque además les resultaba gracioso como lo explicaba y la naturalidad con que se los decía. Es que para mí era natural!

Así que empecemos a conectar los puntos: 1. el tenía un lindo recuerdo de mí y 2. la historia del té con leche me había hecho algo así como inolvidable, jajaja! Luego 3. me vio en facebook y 4. el era fotógrafo. Listo!

Hablamos y en pocos días coordinamos para encontrarnos y luego para sacar las fotos. En esa época yo viajaba mucho por trabajo y esta historia con Marcos fue justo entre que había llegado de un viaje y antes de irme al siguiente, en cuestión de un mes.

La sesión de fotos fue muy linda, su set estaba armado en el detrás de escena una librería antigua de su familia. El me pidió que llevará algo de ropa para cambiarme y si tenía algo con transparencias mejor, para jugar con las luces y sombras.

Fotos 2, 3 y 4. ya hay cambios. Aparece la picardía.

Yo tomé la situación como algo muy lindo y divertido que me pasaba, un re encuentro, algo muy espontáneo y simpático y que a la vez quizás le deba una mano a él posando para esas pruebas. La verdad, ni entonces ni ahora he sido de sacarme fotos y hasta una selfie me da vergüenza pero con un fotógrafo me parecía una experiencia genial y podría quedarme un gran recuerdo.

... hasta una selfie me da vergüenza ...

Marcos, como siempre, fue tranquilo, agradable, respetuoso y nos entendimos muy bien. Claro que yo no estaba acostumbrada a posar con instrucciones precisas para ubicar el cuerpo, la cara, la mirada, etc y creo que un poquito le arruiné la sesión porque después me dijo: “Lo que pasa es cuando te digo que no sonrías, pones cara triste.” Tuvo razón, la única consigna que me había dado antes de empezar fue que no sonriera pero yo siempre sonreía en mi vida, entonces para las fotos me concentré tanto que en algunas fotos me fui al carajo! Jajaja!! parecía que me estaban sometiendo. No era fácil salir de mi zona de comfort, dejar la versión más añinada de mí y en minutos llegar a otra de mujer sexy y más dificil aún: sin vergüenza.

Siguientes fotos: jugando con las transparencias.

De todos modos, el practicó y poco a poco logró que yo mostrara algo más de piel, ¿se dice así, no? En fin, mi blusa se abrió un poco y un poco más. Lo cual nunca hago pero estaba en la intimidad total de unas fotos que nadie iba a ver hasta hoy que las muestro acá.

Las últimas fotos: Descaro, vergüenza y escote.

Aún me siento incómoda y ardo en las llamas de la vergüenza al mostrarlas pero me parece una gran historia y sin mostrar las fotos no sería la historia que es.

Pero... ¡es que yo siempre fui muy tímida, sí soy timida!! ¡Soy muy conversadora pero tímida!

Fui criada a la antigua con padres muy mayores, así que mis parámetros de lo hot o no hot seguramente no sean iguales a los de otras personas. Ustedes ya me dirán.

... ¡Soy muy conversadora pero tímida! ...

Aunque volvimos a perder contacto con Marcos, este formidable recuerdo quedó por siempre y agradezco: a él por elegirme y a mí por decir sí a la experiencia.

Además quién me hubiera dicho que una misma sesión pasaría de la primera a la útima foto en dos versiones tan distintas de mí? ¡Bien hecho Marcos!!

Brindo por este recuerdo... ¡con un té a la rusa claro! ¡Jajajaja!!